(Este artículo se publicó orignalmente en el Cichlid News Magazine Ene-00 pp. 32-34, se reproduce aquí con permiso del autor, Ron Coleman, y de Aquatic promotions).
Aunque pocos cíclidos merecen el calificativo de aburridos, algunos grupos son particularmente interesantes. Los Lamprologini, por ejemplo. Tanto los acuaristas com los científicos se sienten atraídos por este grupo de cíclidos debido a multitud de razones. Son numerosos, incluyendo 85 especies ya descritas (todas del Tanganica, menos 6 de la cuenca del Zaire) y muchas más en proceso (Ills y Ribbink, 1997). Su talla oscila desde los diminutos conchícolas hasta los de más de 30 cm., y poseen una gran diversidad de comportamientos interesantes.
Si llevas algún tiempo interesado en estos peces te habrás dado cuenta de que sus emplazamientos genéricos no dejan de cambiar: Tan pronto se unen todos con Lamprologus, como se separan en géneros como Neolamprologus o Altolamprologus. ¿A qué se debe esto?
Estos cambios reflejan el desarrollo de nuestro conocimiento de las relaciones evolutivas entre estos peces. La buena noticia es que varios equipos de investigación han dedicado recienemente ingentes esfuerzos a estudiar las interrelaciones de este grupo de peces; la mala es que sus resultados se contradicen, con lo que seguimos en la misma. A mediados de los 90, dos equipos (Sturmbauer et al., 1994, de la State University of New York y Stony Brook y Kocher et al., 1995 de la University of New Hampshire) aplicaron las técnicas moleculares más modernas a los Lamprologini, pero obteniendo resultados sorprendentemente distintos. Más recientemente, Melanie Stiassny (American Museum of Natural History, New York) ha reexaminado una gran cantidad de estos peces utilizando técnicas clásicas de estudio de la morfología. Su estudio respalda algunas de las tesis obtenidas mediante la investigación molecular, pero sugiere algunos resultados aún más extraños. Pero para entender estas investigaciones y otros detalles de la sistemática de los cíclidos, antes haremos una pequeña introducción a la sistemática moderna.
La Sistemática estudia las relaciones evolutivas entre los seres vivos. Como toda rama de la ciencia, no está libre de contradicciones, pero en los últimos veite años se ha logrado un cierto acuerdo acerca de la visón de conjunto y la filosofía de la sistemática. Y esto se ha logrado con la sistemática filogenética, a menudo llamada "cladista". El fin de un cladista es producir la filogenia de un grupo de organismos, esto es, un análisis de las relaciones evolutivas del grupo. Su propósito es ilustrar qué taxones (sean especies, géneros...) están más cercanos entre sí, a base de evidencias que lo sostengan. Es importante recordar que la verdadera filogenia, es decir, el modo en que realmente los organsmos han evolucionado, es única. El problema está en descubrirla.
A medida que los científicos registran nuevos datos, nuestro conocimiento avanza. Y entonces nos damos cuenta de que las criaturas que creíamos estaban relacionadas no lo están en absoluto. Y es así como una filogenia ya establecida puede cambiar, a veces de forma dramática.
Los cladistas tienen unos pocos principios básicos, uno de los cuales es el de que un taxón incluye sólo y a todos los descendientes de un único ancestro común. esto quiere decir que sólo se puede aplicar el nombre de una familia, género... a aquellas especies que desciendan de un único ancestro común. Esto, junto con la inclusión de todos los descendientes, hace al grupo "monofilético", la base del sistema cladista. Esto puede parecer un poco extraño, o incluso obvio (por supuesto que lo lógico es incluir a los ejemplares relacionados dentro de un grupo común), pero las cosas no siempre se han hecho así. Por otra parte también implica que si algo no pertenece a un grupo hay que separarlo y llamarlo de alguna otra manera, por mucho que te gustara el nombre anterior.
La segunda clave del sistema cladista radica en que se decidé cómo están de cerca dos taxones en función de la coincidencia de "sinapomorfías". Una sinapomorfía es una novedad evolutiva, esto es, algo que no existía antes. Puede ser la aparición de un bulto en la cabeza, la forma particular en que dos huesos se articulan o incluso un detalle de comportamiento. Si dos organismos muestran un rasgo común, lo normal es asumir que esto es así porque provienen de un mismo ancestro que lo tenía. Por ejemplo, imaginemos que dos especies de peces poseen una línea iridescente brillante a lo largo de la base de la aleta dorsal. Las probabilidades de que este rasgo aparezca evolutivamente son bajas, luego es más fácil pensar que este rasgo lo poseía un pez ancestral y que luego se lo pasó a sus descendientes.
Ahora imagina que examinamos cuatro especies de peces. Dos tienen unas aletas pélvicas excepcionalmente largas. Tres tienen la línea iridescente, y la cuarta ninguno de estos rasgos. Adicionalmente, las cuatro tienen la cola puntiaguda.
Altolamprologus compressiceps es un ejemplo excelente de Lamprologini extremadamente derivado o especializado. Foto por Don Danko. |
Un cladista diría que los dos de las aletas pélvicas alargadas son taxones muy próximos o "taxones hermanos". La tercera, sin estas aletas pero con la banda brillante, es el grupo hermano del formado por las dos primeras. Y finalmente consideramos que ambas especies forman un grupo monofilético porque todas poseen la sinapomorfía peculiar de la cola puntiaguda.
La cladística sería fácil si todo fuera tan obvio y claro. Por desgracia, el mundo real es mucho más complejo. Hay caracteres que han evolucionado más de una vez de forma independiente. Por ejemplo, es posible que el caracter de la cola puntiaguda haya aparecido más de una vez en el grupo de los cíclidos (de hecho, así es). Frente a los datos conflictivos se aplica el principio de la "parsimonia", lo que quiere decir que la ruta por la que se dan menos pasos totales es la que debe de haber tomado la evolución. Así que imagina tres taxones. El primero y el segundo comparten en exclusiva quince caracteres derivados. Y el segundo comparte en exclusiva con el tercero otros dos. ¿Cuál es el par de especies más relacionado? Por el principio de la parsimonia, y puesto que quince es mayor que dos, asumimos que las dos primeras especies evolucionaron de un ancestro común, y que los rasgos que comparten la segunda y la tercera han debido de evolucionar por separado, una vez en una y otra en la otra. Las dos primeras especies son especies hermanas y forman u grupo hermano a su vez de la tercera especie.
Al estudiar los Lamprologini, la primera tarea es encontrar los rasgos comunes a todos ellos. Stiassny los encontró al estudiar los huesos de la cabeza y cola. La disposición particular de los huesos situados bajo los ojos, en la región pélvica y en la cola son únicos del grupo. Además, los Lamprologini presentan un tipo de escama único, con pequeños dentículos por toda su superficie, y una disposición de los dientes única también. Todos estos rasgos en conjunto indican que los Lamprologini derivan de un único linaje evolutivo; son un grupo monofilético.
Después, Stiassny encontró la evidencia de que Variabilichromis (ex Neolamprologus) moori es el grupo hermano de todos los otros Lamprologini, lo que estaba de acuerdo con las conclusiones de Sturmbauer et al. (1993). Pero las cosas comenzaban a complicarse en este punto.
Neolamprologus sexfasciatus representa otro ejemplo de la amplia variabilidad existente entre los Lamprologini del Tanganica. Foto por Mikael Karlsson. |
Los estudios previos habían dividido a los Lamprologini en varios géneros: Lamprologus, Lepidolamprologus, Neolamprologus, Altolamprologus, Telmatochromis, Julidochromis y Chalinochromis. Al examinar Stiassni varias especies de estos géneros se encontró con algo peculiar: algunos, aunque no todos, de los miembros de los géneros Lamprologus, Lepidolamprologus, Neolamprologus y Altolamprologus contenían un hueso especial en las mandíbulas que ella llamó "hueso labial". Y esto presenta un problema, pues viene a indicar que las 26 especies que presentan este caracter forman un grupo evolutivo común, que excluye a los otros miembros de estos cuatro géneros. Stiassny no ofrece aún un nuevo nombre para este grupo que no sea el de "osificado", y reconoce que hacen falta más estudios. Sin embargo si es correcto eso significa que nuestra concepción actual de los géneros Lamprologus, Lepidolamprologus, Neolamprologus y Altolamprologus deberá ser abandonada, o al menos radicalmente modificada.
Este trabajo es sólo un ejemplo del interés que resurge en la sistemática de los cíclidos. Además, ¡están apareciendo nuevos estudios a una velocidad casi superior a la asimilable! A corto plazo nos enfrentamos a un período de cierta inestabilidad, molesto tanto para los aficionados como para los científicos. Pero a largo plazo no cabe duda de que ganaremos mucho en el conocimiento de estos peces fascinantes.
Referencias
- Bills, I.R., & A.J. Ribbink; 1997; Description of Lamprologus laparogramma sp. nov., and rediagnosis of Lamprologus signatus Poll 1956 and Lamprologus kungweensis Poll 1952, with notes on their ecology and behaviour (Teleostei: Cichlidae). S. Aft. J. Sci. 93:555-564.
- Kocher, T.D., J.A. Conroy, K.R. McKaye, J.R. Stauffer, & S.F. Lockwood; 1995; Evolution of NADH dehydrogenase subunit 2 in East African cichlid fish. Molec. Phylo. Evol. 4:420-432.
- Stiassny, M.L.J.; 1997; A phylogenetic overview of the lamprologine cichlids of Africa (Teleostei, Cichlidae): a morphological perspective. S. Afr. J. Sci. 93:513-523.
- Sturmbauer, C., Verheyen, E., & A. Meyer; 1993; Mitochondrial phylogeny of the Lamprologini, the major substrate spawning lineage of cichlid fishes from Lake Tanganyika in Eastern Africa. Molec. Biol. Evol. 11:691-703.
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Cita
Coleman, Ron. (ago. 29, 2001). "Desvelando el parentesco". Cichlid Room Companion. Consultado en mar. 19, 2024, desde: https://cichlidae.com/article.php?id=158&lang=es.